El equipo consiste en un sensor que flota en el agua y es capaz de detectar presencia de hidrocarburos en agua. Detecta desde pequeñas manchas de menos de 1 mm de espesor (irisaciones) hasta vertidos grandes. Desde Diesel a Fuel. Sistema completamente inalámbrico, que permite poner sensores fácilmente en cualquier punto. Los sensores se comunican mediante radiofrecuencia con una centralita pudiendo alcanzar varios cientos de metros. La centralita realiza una lectura diaria (o con mayor frecuencia si el cliente lo desea) de todos los sensores y envía su estado mediante GPRs a la nube, donde puede ser consultado mediante usuario y contraseña desde cualquier ordenador o dispositivo móvil conectado a Internet. En el evento de detectar contaminación envía una alarma directamente al e-mail o móvil del cliente.
Ventajas competitivas: Producto de bajo coste. Sin falsas alarmas. Sin mantenimiento. Sin cables ni instalaciones complicadas. Completamente inalámbrico. Operado a batería con duración de más de 7 años. Una vez detecta hidrocarburo el cartucho se reemplaza muy fácilmente por el usuario. Certificado ATEX. IP68. Tecnología desarrollada 100% en España. Fabricante y soporte técnico en España.
Clientes objetivo: puertos, refinerías, centros de almacenamiento de hidrocarburos, zonas costeras sensibles, aeropuertos, administraciones, gasolineras.
Referencias: Repsol, Cepsa, CLH.